Lo
correcto y lo gramatical en el uso del castellano
Existe
una distinción clara entre corrección y gramaticalidad o, como
suele ser más habitual, entre incorrección y agramaticalidad.
¿Qué
se entiende por agramaticalidad?
Se
entiende por agramaticalidad el hecho de que una secuencia no se
ajuste a las reglas de combinación sintáctica de un idioma.
Ejemplos
de agramaticalidad:
- La día estaba nublado;
- El teléfono estaban rotas;
- Los llamadas costaran mucho;
- La gallina está flaco;
- El piso estar sucio;
En
los ejemplos anteriores no se respeta las reglas de concordancia, por
lo tanto, los hablantes de español difícilmente usarán estas
expresiones para comunicarse. Las agramaticalidades, aparecen con
relativa frecuencia en los aprendices de español como lengua
extranjera.
La
agramaticalidad y la incorrección
No
hay agramaticalidad en un frase como: Que
salga el que lo haiga hecho. La
palabra haiga está perfectamente formada en español y de hecho
coexistió durante mucho tiempo, con total validez, como variante de
haya.
Por diferentes motivos, la pugna entre las dos palabras (haiga
y haya) se resolvió con la
preferencia de la segunda sobre la primera, de manera que haiga
acabó siendo considerada incorrecta, es decir, una expresión que no
se cree idónea dentro del idioma español. Sin embargo, la forma
haiga
sigue estando presente en la boca de muchos hablantes de español y
su uso no impide la comunicación.
Si
se creara la palabra humanoanti
resultaría agramatical en español porque viola las reglas de
formación de palabras, que exigen que el prefijo se sitúe por
delante del lexema (base léxica o raíz). Pero en el caso del
adjetivo antiedad,
aplicado a una crema antiarrugas, se puede hablar de incorrección,
ya que no se quebranta ninguna regla de formación de palabras del
español.
La
agramaticalidad, es entonces, una ruptura del sistema lingüístico,
mientras que la incorrección es una desviación de lo que se
considera aceptable o adecuado.
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